De niño, sus padres lo llevaron a Menorca. Recuerda la arena blanca, las aguas limpias y el mar azul, los peces que se podían tocar con las manos. las siestas obligatorias y la cocina de los pescadores. Un niño empapado de mar y de cultura mediterránea. Y sin darse cuenta llega ¡la llamada del Gran Azul!
Recuerda haber jugado con un regulador ficticio, una escafandra en plástico de la casa Nemrod, donde la botella amarilla era el flotador y la traquea del regulador el tubo. Se completaba con una máscara de buceo «redonda» para niños. Era el regalo que le hicieron aquel verano a su mejor amigo y lo compartieron largas horas en las playas de Menorca. Debían tener 5 años, pero eso no se olvida jamás.
Se convierte en pescador submarino a los 9 años y su padre le regala, como premio a sus buenos resultados escolares, su primer fusil submarino un año más tarde. Era el modelo «Carabela Corto» con gomas «de la marca Nemrod,» me precisa, porque para Andrés todo debe tener un nombre y todo debe estar debidamente documentado.
Tiene doce años, cuando compra su primer neopreno, que le permitirá permanecer más tiempo al acecho de lubinas y meros. Por allá 1977-1978 se certifica como buceador. De hecho todos sus amigos comenzaron a bucear y a fotografiar en el mar al mismo tiempo.
No tiene ningún reparo en afirmar que se considera «una víctima más de los documentales de las series de Cousteau» durante su adolescencia. Las imágenes submarinas le cautivan y por primera vez piensa en dedicarse a la Oceanografía. De hecho desde los 14 hasta los 17 años acude los fines de semana y los veranos al Museu de Zoología de Barcelona para realizar trabajos de disección de animales, Osteologá, Taxidermia y Taxonomía.
A los 17 años, este amante de la biología, adora fotografiar y filmar la naturaleza. Descubre la cámara Beaulieu 4008 ZMII de Super-8, que además de tener cámara rápida (70 imágenes por segundo) permite cambiar el objetivo y obtener un efecto teleobjetivo con las lentes de fotografía del formato 24X36. En ésta época los anfibios, los insectos y las aves son su prioridad como modelos.
UN MÉDICO APASIONADO POR LA BIOLOGÍA
Con 20 años, mientras cursa estudios de medicina, se inicia en la fotografía bajo la superficie del Mediterráneo con su primera Nikonos-II. A la que le siguen más tarde el modelo IV-A y después la V.
Pero esta pasión por la fotografía de la Naturaleza se acabará cuando empieza a trabajar como médico otorrinolaringólogo a partir del inicio de los 80 en Clínica Clarós, junto a su padre y a su hermano. Su familia, trabajo y las continuas formaciones en Francia, Bélgica y Suiza, no le dejarán mucho tiempo disponible.
Durante este tiempo «en seco» se especializa en video y fotografía médica, tanto en consulta, como endoscópica y quirúrgica, modalidad en la que adquiere renombre en su especialidad. La gran cantidad de imágenes de buena calidad que obtiene le llevan a ser el proveedor en España de imagenes para el CNRI de Francia (Centre National de la Recherche Iconographique, Paris), que vende sus fotos por todo el mundo.
El trabajo y la familia apenas le dejan tiempo para ocuparse seriamente del mundo submarino y del buceo. Apenas una semana en verano…A partir de cumplir los 40 años, es la familia quien tiene prioridad tras los largos días de trabajo. En los veranos enseña a bucear y a pescar a sus hijos mayores Andrés y Alejandro, pero con un mensaje claro y ambientalista: «¡Lo que mates, te lo comes!»
Despues de muchas peripecias familiares, personales, profesionales…..en 2007 se introduce en un mundo nuevo: el Coleccionismo de las Cámaras Submarinas.
Extracto del artículo biográfico realizado por Steven Weinberg.